Felipe tiene diez años y sabe programar, pero no se acuerda nunca el nombre de su compañero de banco en el colegio privado. Fanátco de los robots, se apoya en Nico, el coordinador del Taller de Ciencias y su único vínculo estrecho.
En casa, sus padres Víctor y Amparo, se ocupan de una vida cómoda entre los negocios y el club. Apenas prestan atención a su hijo que se abisma en computadoras y proyectos de programación.
Están por terminar las clases cuando la familia sufre un profundo revés al morir su tío abuelo Pedro. Descubren el desfalco económico en que está la empresa familiar y en el funeral se reencuentran con Ángeles, la madre de su papá, algo excéntrica y hippie. Parra escapar de la presión de sus inversionistas estafados, los padres viajan a Miami a solucionar la situación fnanciera. Sin consultarlo, dejan a Felipe al cuidado de la abuela que se ve arrastrada a los probemas económicos.
Nieto y abuela sentirán una desconfianza mutua debido a sus diferencias pero la deberán transformar en alianza al tener que hacerle frente solos a esa convivencia obligada. Para Felipe vivir con esa mujer mayor y libertaria que todo el tiempo interactúa y comparte opniones es apabullante. Para Ángeles, tomar contacto con el nieto es una nueva oportunidad familiar. En el fn de la cursada, Felipe descubre que Nico se irá a vivir a Córdoba y se deprime.
Sin respuesta de los padres y preocupada por Felipe, Ángeles decide viajar en auto a Córdoba y visitar la chacra de su gran amiga Lola. Durante este recorrido en un viejo auto, abuela y nieto se conocerán, pasarán de la suspicacia mutua a la complicidad y vivirán diversas peripecias y desafíos que les permitirán forjar una relación particular.
Después de diferentes encuentros insólitos, llegarán a Nico que le hace ver a Felipe la importancia que ahora tiene su abuela en su vida.